La madre naturaleza se rebela

 Por Reyna C. Turro Caró    

foto: Alejandra García/www.cubadebate.cu

La capital de Cuba vivió una semana donde la lluvia se robó el protagonismo, como para rememorar los tiempos de temporada ciclónica activa cuando las precipitaciones abundantes asociadas a huracanes impactaban sobre esta parte del archipiélago.

Volvieron a verse las inundaciones, la humedad colmó el ambiente, se sintieron este domingo rachas de vientos fuertes y aparecieron las marejadas en el litoral norte occidental con penetraciones en zonas bajas y el malecón habanero.

Los científicos le atribuyen a los efectos de El Niño todos esos fenómenos, pero a veces se me figura una rebelión de la madre natura  ante tantos maltratos que constantemente recibe de la mano del hombre en todo el planeta.

En Cuba por estos tiempos confluyen  hechos diversos: sequía intensa seguida de episodios de lluvias abundantes, frentes fríos débiles en Occidente pero con muchas precipitaciones asociadas, movimientos sísmicos y calor en el Oriente, todo en breve espacio de tiempo y si los daños son menores es por la preparación que alcanza la población del país para enfrentar eventos naturales, resultado del trabajo sostenido de la Defensa Civil en los diferentes niveles de organización.

El patrón se repite  de manera similar en otras partes del mundo: se han visto situaciones de alerta por abundantes lluvias en Europa, o por ola de calor en Argentina, tsunamis en Asia, inundaciones en Centroamérica, terremotos en el Medio Oriente,  en fin la naturaleza nos emite un SOS que deberíamos responder con urgencia y que nos exige un mayor empeño en su preservación y restauración.

El costo de los desastres naturales en el orbe alcanza entre 250 mil y 300 mil millones de dólares cada año, de acuerdo con un Informe Global de la Organización de Naciones Unidas (ONU) sobre Reducción de Riesgo de Desastres (2015). .  

Por otra parte, el programa de la ONU para el desarrollo (PNUD) en la publicación ¨ Un modelo cubano para un Caribe más resiliente ¨  señala que, en los últimos 10 años, la mayor de las Antillas se ha visto afectada por 15 ciclones tropicales, de los cuales once han sido clasificados como huracanes, ello sin contar eventos como los recientes considerados de menor magnitud, pero que  causan estragos en el fondo habitacional, los viales, las telecomunicaciones, la agricultura, y la economía de manera general.

Sin lugar a dudas es momento para analizar si hemos hecho lo suficiente a favor del medio ambiente, o si podemos dar mucho más. Como muchos coincidiremos en que nos resta mucho por hacer, es hora de poner manos a la obra.