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Baracoa: Secretos de entre el Mar y las Montañas

Baracoa: Secretos de entre el Mar y las Montañas

Por: Reyna C.Turro Caró e Ynés Y. Rodríguez Acosta

Foto: Tomada de EcuRed

 

La fantasía no está solo en los sueños, sino también en todo aquello que añoramos y que nos parece extraordinario. Regresar al pasado, porque todos llevamos algo de él, resulta siempre interesante, más aún si logramos traer ese pasado al presente y pretendemos hacerlo llegar al futuro.

El ritmo de manera irremediable es identitario, el baile una característica del cubano, la originalidad es propia del carácter creativo, lo real maravilloso de nuestro tiempo está en luchar por darle vida a nuestros anhelos.

Baracoa esconde tras sus montañas el tipicismo de bailes que surgieron en la región en las primeras décadas el siglo XX, sus nombres tienen ese signo de cubana que dan a todo lo que tocan nuestras zonas rurales. En algunas de las manifestaciones danzarias como El Carril, El Valse, De la Silla a la Mesa, y El Aeroplano Mundial, sus nombres tienen una gran relación, ya sea con la forma en que se desarrollan los movimientos en el desplazamiento, o con el motivo impulsor de la aparición de baile.

El Aeroplano Mundial y La Pasión están muy vinculados entre sí a la par de El Nengón y El kiribá, estos últimos considerados variantes del son, sin embargo todos tienen común el carácter legendario por sus más de cien años de existencia y el uso en cada uno de ellos de trajes típicos a la usanza de la gala campesina de la época.

Difícil se torna describir a veces lo que el hombre a manera de arte es capaz de crear, más aún cuando la gracia y estilo resultan algo novedoso, y esos bailes quedaron así, trasmitidos de generación en generación, con el antiguo sello de su música, los pasos, y el vestuario. Son algo para sentir, ver y palpar, frente a frente, un retazo del ayer en nuestras manos.

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