Más vuelos, bloqueo y restricciones

Por: Reyna C. Turro Caró

El 31 de agosto se reanudaron los vuelos regulares entre Cuba y los Estados Unidos, (EE.UU.) con una operación a cargo de la aerolínea Jet Blue, que hace la ruta entre Fort Lauderdale (Florida) y Santa Clara. 

Con este paso se materializó el acuerdo logrado entre ambas naciones en materia de transporte aéreo de pasajeros, pero ello no significa en modo alguno que se hayan eliminados las restricciones a los ciudadanos norteamericanos para visitar a la mayor de las Antillas por intereses personales, o hacer turismo.

Las sanciones continúan con la misma severidad para las personas que incurran en algún tipo de violación de las reglamentaciones establecidas en relación con los viajes a Cuba y se mantienen intactos el bloqueo y las leyes que lo amparan.

Por otra parte, en el Congreso  estadounidense  la ultraderecha anticubana logró que se postergara  por tiempo indefinido el análisis de la propuesta que pretendía suavizar un poco esa situación.

Tampoco puede pensarse que el bloqueo se haya flexibilizado de manera notoria, el hecho que afecte  inclusive a la aviación civil de la isla es la muestra más cercana a este propio acontecimiento de la vigencia de esa política irracional, cuya eliminación  constituye una condición indispensable para la normalización de las relaciones entre los gobiernos de Washington y La Habana.

En el caso de la aviación civil los efectos nocivos de esa política limita la adquisición de tecnologías, de piezas de repuestos y equipos, además de encarecer  la compras que se realizan a productores en áreas geográficas más lejanas.

Cierto es que el Departamento de Transporte de EE.UU. autorizó 110 vuelos diarios a seis aerolíneas comerciales de su país para viajar a diferentes ciudades de nuestro territorio, sin embargo se mantiene  la restricción de las 12 categorías para el otorgamiento de licencias de viajes y ello sin lugar a dudas limitará el nivel de ocupación de las aeronaves.

Recientemente Dalila González,  subdirectora de Mercadotecnia del Ministerio del Turismo  en Cuba valoró ante la prensa especializada, que hasta mediados de julio del presente año, el índice ocupacional de los vuelos de EE.UU. hacia la nación caribeña era inferior al de otros mercados como España, Canadá, y Francia, por sólo citar ejemplos.

No se trata de falta de interés de las aerolíneas o los ciudadanos estadounidenses, de hecho los 20 vuelos diarios a la Habana  aún esperan la autorización final de la Casa Blanca, porque  las solicitudes de las aerolíneas norteamericanas para este destino triplicaron la cifra acordada por ambos gobiernos.

La cuestión es, que no obstante a la existencia de más vuelos las limitaciones para viajar a Cuba  siguen sin variar como expresión del bloqueo económico, comercial y financiero que por más de 50 años mantiene la nación norteña contra  la isla, y mientras ese cerco continúe,  los avances en cualquier dirección siempre serán limitados.